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La saturación de los gimnasios cedidos por el Ayuntamiento de Madrid a GoFit desespera a sus usuarios: “Una vergüenza”

Decenas de personas utilizan bicicletas estáticas en el centro deportivo GoFit Vallehermoso.

Guillermo Hormigo

Madrid —

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En gimnasios de la cadena GoFit en Madrid se da una curiosa paradoja. Algunos de los centros deportivos municipales en los que el Ayuntamiento cedió la gestión a la compañía viven una situación de saturación extrema que dificulta el normal ejercicio de la actividad deportiva, según muchos usuarios. Para otros socios, sin embargo, el problema es precisamente la falta de acceso a polideportivos que no sean el propio al que están suscritos, pese a que abonen cuotas que les otorgan ese beneficio. La empresa se ampara en esa misma “saturación” pendiente de resolver.

“Es una vergüenza”, denuncia Javier García, cliente del GoFit Vallehermoso en la avenida de Filipinas de Chamberí (Madrid). La palabra “cliente” tiene de por sí unas connotaciones muy particulares en un espacio que el consistorio privatizó ya desde su propia construcción. El acuerdo entre GoFit y el Ejecutivo de Cibeles se extiende durante 50 años y obligó a que la entidad privada asumiera la edificación de la infraestructura. Aunque el equipo de José Luis Martínez-Almeida insiste reiteradamente en que las privatizaciones no afectan a la calidad del servicio de los ciudadanos, para Javier esto dista mucho de la realidad.

“A las 6.30 o 7.00 de la mañana puedes entrenar, pero hay mucha gente para la hora que es. Por las tardes hay días en los que directamente te tiras más tiempo esperando que haciendo ejercicio”, denuncia Javier en conversación con Somos Chamberí. Un contexto que le indigna especialmente “porque no estamos ante una iniciativa 100% privada, lo público está de por medio”.

Ha lanzado incluso una campaña en change.org donde reclama la “reducción del aforo” debido a “la cantidad excesiva de personas inscritas, que ya suma cerca de 30.000 (por hacer una comparación, son más que el número de habitantes que hay en pueblos como Villaviciosa de Odón)”. Todo esto “hace que el espacio siempre se encuentre abarrotado, lo que dificulta enormemente la experiencia de entrenamiento”.

A las 6.30 o 7.00 de la mañana puedes entrenar, pero hay mucha gente para la hora que es. Por las tardes hay días en los que directamente te tiras más tiempo esperando que haciendo ejercicio

“Las largas esperas para acceder a las máquinas y la sobrecarga de las áreas comunes hacen que sea casi imposible disfrutar de un entrenamiento efectivo y agradable. Dado que el espacio es una concesión del Ayuntamiento de Madrid, solicitamos respetuosamente que se considere la reducción del aforo del gimnasio Go Fit Vallehermoso para garantizar una experiencia segura y satisfactoria para todos los usuarios”, exigen en la petición pública.

Para Javier, mientras que en otros centros deportivos han optado por subir precios, en este caso “han abierto la mano para que se inscriba más gente aunque sea a costa del bienestar general”. Lamenta que no haya ningún tipo de control por parte de la empresa para poner ciertos límites al número de personas que pueden llegar a concentrarse en el gimnasio: “Estamos apegotonados, sobre todo en la zona de las máquinas”.

Mientras, las mayores listas de espera no son para nuevos usuarios, sino para socios que desean pasarse a alguna tarifa más ventajosa. Javier y su mujer llevan seis meses esperando el traslado al plan familiar aunque este no suponga ocupar ninguna nueva plaza.

Un paradigma que recuerda al caso de Lorenza, que lleva dos años y medio en una lista de espera pasar del abono completo al parcial, pese a que este último no supone utilizar ningún intervalo de tiempo nuevo (más bien al revés, en lugar de poder acudir tanto por la mañana como por la tarde fija uno de los dos momentos del día, de ahí también que sea más barato). Cuando en 2019 había llevado a cabo el proceso contrario para pasar de la tarifa parcial a la completa (más cara), una modificación que sí ahonda en la saturación, GoFit ejecutó el ajuste automáticamente y sin listas de espera.

Problemas con las tarifas premium

La principal operadora de gimnasios en España, que tiene detrás a la empresa matriz Ingesport, reconoce la saturación cuando aplica otra política que afecta a la calidad de los servicios contratados. Antonio Asencio es socio de GoFit Piscinas de San Miguel, en el barrio de Comillas (Carabanchel). Antonio paga 59,90€ al mes (5€ más de cuota) por el Plan Plus, que permite el acceso a otros centros de la cadena.

“Pues resulta que en la letra pequeña dice que no puedo acceder (oh sorpresa) al GoFit Vallehermoso ni al de Peñagrande [en Fuencarral-El Pardo] por saturación. Es falso: todos están saturados y hay lista de espera en todos. ¿Puede una empresa de concesión municipal hacer eso?”, se pregunta Antonio en declaraciones a este medio. “Me huele a chanchullo. A la empresa no le conviene que utilicemos el gym que está en el centro y lo saca del paquete premium”, opina.

En la letra pequeña dice que no puedo acceder (oh sorpresa) al GoFit Vallehermoso ni al de Peñagrande por saturación. Es falso: todos están saturados y hay lista de espera en todos. ¿Puede una empresa de concesión municipal hacer eso?

Este medio ha consultado al respecto de los excesos de aforo y los problemas con las tarifas multicentro tanto al área de Deportes del Ayuntamiento como a la propia GoFit. Por el momento, la compañía no ha trasladado su postura. Desde el Ejecutivo municipal avisan de que “aunque se trate de una concesión, estamos dentro de una mesa de seguimiento y control para velar por que se respetan todas las cláusulas y condiciones recogidas en esa cesión”. Avanzan que a la próxima reunión acudirá una subdirectora del área para “plantear la cuestión y exigir que se cumplan”. Estas declaraciones hacen referencia a los problemas de aforo, ya que respecto al disfrute de los servicios en varios centros recuerda que “no todos los GoFit tienen esa concesión municipal”.

Javier menciona para acabar que todo esto “puede llegar a suponer un peligro para la seguridad”: “La gente está tan apelotonada en algunos momentos y las máquinas tan pegadas entre sí que en cualquier momento a alguien se le caerá una pesa en el pie de otra persona. Esperemos que no, pero es lo que puede terminar pasando cuando la frase que más repetimos es no quepo”.

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